domingo, 15 de febrero de 2009

Tesis, indicios y un silogismo

Mariano Ferrer

Martin Sheinin, relator especial de la ONU, considera que la legislación antiterrorista de España es una "pendiente resbaladiza" porque puede aplicarse a conductas sin relación suficiente con delitos terroristas. El que inventó la pendiente fue Garzón ("todo es ETA"), pero esta semana hemos podido comprobar que su círculo vicioso ha hecho escuela: se establece la tesis, a partir de ella cualquier indicio deviene prueba de cargo, y la condena valida la tesis inicial.

El ministro Mariano Fernández Bermejo y el juez Baltasar Garzón coinciden en una montería. Es el único hecho conocido aparte de que el juez investiga una trama de corrupción próxima al PP.

Los populares ponen el grito en el cielo ante "una operación político judicial contra ellos": el mayor atentado de la historia de la democracia contra la independencia judicial, clama Federico Trillo.

Es decir, se da por buena la tesis (conspiración) con un indicio (la coincidencia en una montería) que sólo lo es en virtud de la misma tesis que se quiere demostrar.

¿Dónde está la prueba de la intención conspiratoria? ¿Cómo saben que, de haber algún propósito no cinegético, era dañar al PP, y no, por ejemplo, planificar la suspensión de actividades de Askatasuna? Dada la gente que va a la montería, su falta de precauciones encaja mejor con la segunda hipótesis: saben que nadie va a pedirles cuentas si se sirven de una montería para diseñar la caza de ETA/Batasuna.

Javier Pradera escribe en ElPaís : el coche bomba de ETA en Madrid fue un acto criminal contra la decisión del Tribunal Supremo que invalidó las listas electorales independentistas… el cinismo de la izquierda abertzale al negar la evidencia de que esas listas son mero camuflaje ha quedado otra vez en evidencia… la explosión del coche bomba confirmó la veracidad de la imputación.

Muchas evidencias en dos líneas. Pero, ¿cómo sabe que el propósito de ETA era reivindicar como suyas las listas impugnadas y no el de continuar su campaña contra el Tren de Alta Velocidad vasco? ¿No es mejor pista de la intención de ETA que la explosión fuera ante la sede de Ferrovial en Madrid? En su campaña contra la Autovía de Leitzaran, hizo lo mismo en la sede de la misma empresa en Valencia.

¿Puede esa ETA que nos describen en su estado más precario improvisar en horas un atentado así?

Pero la realidad es prescindible cuando tenemos la tesis (ETA lo ha hecho por esto) que permite la conclusión (luego las listas son ETA), sobre la base de meras coincidencias convertidas en prueba: la coincidencia de Garzón y Bermejo para concluir que "uno de los dos apunta, y el otro dispara" (¿les suena esa frase de Trillo?), y la del atentado con la sentencia del Supremo para establecer que las candidaturas son tapaderas de ETA/Batasuna.

Ahora el silogismo. Porque una cosa es defender el derecho, hasta prueba en contrario, de las candidaturas de la izquierda abertzale, y otra que sus militantes se asombren ante la débil reacción social contra la Ley de Partidos. Un silogismo consta de dos premisas que juntas llevan a una conclusión. Pues bien, el silogismo que inutilizaría la Ley de Partidos es éste:

- Premisa mayor: toda formación política que quiera concurrir a las urnas debe ser independiente de toda organización terrorista.

- Premisa menor: La izquierda abertzale lo es.

- Conclusión: la izquierda abertzale debe poder concurrir a las urnas.

Esta sociedad asume la premisa mayor, pero no percibe que la izquierda abertzale haga todo lo necesario para poder asumir a ojos cerrados también la menor. Por eso, a la vez que rechaza la arbitrariedad con que a partir de la Ley de Partidos, y sin las garantías propias del Estado de Derecho, se prohíben candidaturas, está a la espera de que la izquierda abertzale haga lo necesario, es decir, más de lo que ha hecho, para que su derecho a participar en igualdad de condiciones en el juego democrático sea nítido e indubitable.

Sobre todo cuando lo necesario es algo elemental tanto desde el principio democrático como ético, y no requiere estrictamente renegar del propio pasado.

Dicho lo cual, celebro que la izquierda abertzale opte por el voto nulo en lugar de la abstención. Apurar su visibilidad en las urnas es una respuesta arriesgada pero inteligente, ante el intento de hacerles clandestinos. Y esclarecedor. Entre otras cosas, de la forma en que interpreta la sociedad, incluida la propia izquierda abertzale, la lógica interna de ese silogismo.

0 comentarios: