viernes, 27 de febrero de 2009

Quiero ser Miguel Induráin


Juan Kruz Lakasta

No sé si algún día Navarra asombrará al mundo como predijo Shakespeare. Lo que sí que sé es que a mí me asombra a menudo. Últimamente ando perplejo a cuenta del ambiente tremendamente hostil para con los ciclistas que se ha generado en nuestra metrópoli foral. Vas con la bicicleta por una ancha avenida peatonal como Carlos III, a una velocidad moderada y teniendo cuidado con los peatones, y la gente gesticula, te grita, te insulta. Estoy pensando en comprarme una careta de Induráin, ya que lo he visto varias veces pasear en bici por las aceras del Ensanche y a él en vez de insultarlo lo vitorean. En todas las ciudades del mundo medianamente civilizadas, tienen solucionada la convivencia entre peatones, bicicletas y coches con normas bastante más generosas con los ciclistas que las del primer borrador de la Ordenanza de Tráfico. Sin embargo, en esta gloriosa ciudad, ha sido suficiente que el rotativo que más esquelas vende diga que con esa Ordenanza los peatones iban a ser atropellados por las bicicletas para que surja una auténtica rebelión ciudadana anticiclistas. Me temo que detrás de todo este follón, como casi siempre, está la puñetera manía que tenemos de politizar la fiesta. Como para los ciclistas la vieja Iruña es una auténtica jungla, la mayoría son jóvenes, hippiosos , melenudos -con honrosas excepciones conformadas por elegantes ciclistas como Induráin y yo mismo-. De ahí el decano de la prensa navarra y sus numerosos seguidores coligen que los ciclistas no son votantes regionalistas sino ecologistas, feministas, antropófagos especializados en carne de infante o, peor aún, abertzales. Y una vez metidos en ese barro cainita todo queda embadurnado: a los ciclistas los insultan por la calle y el equipo de gobierno regionalista, tras realizar fáciles cálculos electorales, decide -por una vez y sin que sirva de precedente- aceptar las alegaciones ciudadanas que hacen el borrador todavía más restrictivo. La Ordenanza corregida se vota la semana que viene. Hoy hay una marcha ciclista de protesta y el día del pleno se hará una concentración. Así las cosas, mi verosímil amigo Asier Azpilikueta -periodista y ciclista- tiene una original propuesta para intentar conseguir del Ayuntamiento un mejor trato para los ciclistas: cambiar el nombre de sus agrupaciones. Ahora son CCCP (Ciudadanos Ciclistas de la Comarca de Pamplona) y Bizi. Propone rebautizarlas como Cinafe (Ciclistas Por Una Navarra Foral y Española) y Nasipabi (Navarra Siempre Pa'lante En Bicicleta).

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