euskera en libertad lleva por título la propuesta sobre la política lingüística que quiere llevar a cabo Patxi López en el caso de llegar a Ajuria Enea. Un documento elaborado con el objetivo de atraer a sectores euskaltzales de cara a las elecciones de este próximo domingo. Se trata de un mero documento de intenciones y, entre otras cosas, en el texto se puede leer que se "defiende un modelo lingüístico basado en la pluralidad".
Pero la realidad demuestra todo lo contrario. Es decir, que el PSOE no actúa respecto al euskera de acuerdo con dicha pluralidad ni respeta a la gente euskaldun allí donde incide directamente en la acción de gobierno. De eso sabemos mucho en Navarra, donde venimos padeciendo una política en contra del euskera, una política activa en contra de la ciudadanía euskaldun por parte de la derecha, en connivencia absoluta con los compañeros navarros del partido de López.
Se trata de una política lingüística gestada, diseñada y alentada con el comienzo del nuevo siglo en el entorno del PSN y de la UGT, a la que se sumaron con entusiasmo la UPN de Miguel Sanz y de Yolanda Barcina. El objetivo era cortar de raíz la tímida recuperación del euskera y tirar por la borda el proceso de dignificación de la lengua vasca de la década anterior. El resultado fue devastador, no solamente para los hombres y mujeres vascoparlantes, sino para la convivencia democrática y para la tan cacareada pluralidad.
Con un gran apoyo mediático, individuos de la órbita del PSN dejaron entre otras estas afirmaciones: "Nada de bilingüismo (castellano-euskera), el bilingüismo trae consigo retraso y es un freno para el desarrollo; los estados fuertes son los que poseen un único idioma. Etiopía es uno de los países más pobres del mundo porque se hablan un montón de idiomas…". Una vez caldeado y crispado el ambiente, el PSOE apoyó en todo momento los nuevos decretos sobre el euskera del Gobierno de UPN. A consecuencia de ello disolvieron la Dirección General de Política Lingüística, el euskera desapareció de placas, rótulos y señales, arrancaron el nombre de Iruña de las entradas de Pamplona, y se anuló en gran medida la atención en lengua vasca a la ciudadanía por parte de la Administración. Se llegó a tal extremo que por decreto se pretendió establecer que el funcionario euskaldun debería pedir permiso a su superior antes de atender en euskera al ciudadano vascoparlante.
Pluralidad y voluntariedad defiende en su documento el señor Patxi Lopez; pluralidad y voluntariedad que los socialistas no practican con los padres y madres de alumnos navarros que quieren para sus hijos una educación en euskera, puesto que en gran parte de Navarra la Administración no oferta el modelo D en euskera. A consecuencia también de la zonificación impuesta, los ciudadanos euskaldunes de muchas partes de Navarra no poseen derecho lingüístico alguno y existe una pretensión de relegar a la lengua vasca a la marginalidad geográfica y social. El PSN, obvia decirlos, está completamente de acuerdo. Ciertamente, causa escalofríos el mero hecho de imaginarnos la aplicación de cualquiera de esas medidas (incluida la zonificación) en la Comunidad Autónoma Vasca.
En definitiva, han sido y son años muy difíciles para la ciudadanía euskaldun de Navarra; la lista de agravios y de ataques es interminable. Amén del grave perjuicio que desde las esferas de poder se ha causado contra una sociedad que asumía de una forma natural la coexistencia de dos idiomas; como lo siguen asumiendo hoy en día los hombres y mujeres euskaldunes que pertenecen a esta sociedad, que aportan su trabajo, su esfuerzo para la convivencia y para el desarrollo social y económico de Navarra, y que, sin embargo, han sido y siguen siendo menospreciados y discriminados por el poder político navarro, del que forman parte, no hay que olvidarlo, los compañeros y compañeras socialistas en Navarra de Patxi López.
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