Juan Kruz Lakasta
Cual si de una koordinadora antidesarrollista se tratara, el excelentísimo Ayuntamiento de Pamplona ha emprendido una batalla legal contra el Gobierno de España a cuenta de la nueva cárcel. Ha recurrido el proyecto ante el Tribunal Supremo y ha pedido la paralización de las obras. Opina que las razones aducidas por el ejecutivo central para no realizar el Estudio de Impacto Ambiental son improcedentes. Hace tres años el grupo municipal de UPN votó a favor de ubicar la nueva prisión en Soltxate-Santa Lucía. Según el concejal delegado de Urbanismo, Juan Luis Sánchez de Muniáin, la razón fundamental de que ahora recurran el proyecto reside en que entonces no sabían que para llevarlo a cabo se iban a desmontar 24 metros de colina. "Ningún responsable político firmaría esa ubicación conociendo esa afección ambiental", afirma. A este paso, dentro de poco Sánchez de Muniáin repartirá en sus comparecencias públicas pegatinas con el lema Salvemos Santa Lucía-Zain dezagun Soltxate . Ojalá lo que dice sea verdad y el regionalismo navarro se haya convertido del desarrollismo cementista al medioambientalismo conservacionista. Pero uno se acuerda de ciertas circunstancias que concurrieron cuando en 2005 UPN fijó su postura en torno a la ubicación del nuevo centro penitenciario. Y esos recuerdos le hacen dudar. Se barajó la posibilidad de levantar la cárcel en Guenduláin. El Gobierno foral maniobró para salvaguardar dicho paraje movido por intereses que hoy resultan evidentes, y acordó con el Gobierno central ubicar la prisión en Soltxate-Santa Lucía. Ubicación que el Ayuntamiento acató a regañadientes, pues tenía sobre la mesa ofertas de promotoras para edificar en esa zona. Sin embargo, Guenduláin se ha convertido en un tremendo fiasco. Y podría ser que el regionalismo gobernante hubiese pensado que vuelve a ser una ubicación perfecta para la prisión. Si ganan el recurso, la cárcel a Guenduláin, y así tienen excusa para pagar los terrenos a los embarrados promotores. Si lo pierden, se apuntan el tanto de haber sido sensibles a las reivindicaciones vecinales. La jugada de UPN podría ser ésa... o no. También podría ser que las declaraciones de corte ecologista de Sánchez de Muniáin fuesen sinceras. Lo mismo un día de éstos lo vemos encadenado a las excavadoras de las obras de la nueva cárcel junto primera edila, cantando a pleno pulmón versiones actualizadas de los viejos clásicos del ecologismo navarro, "Tturrukukuku, Soltxate ez ikutu, ttarrakakakaka, espetxea da kaka, ai, ai, ai, espetxea da kaka", y sujetando entre ambos una pancarta del KRA: Koordinadora de Regionalistas Antidesarrollistas.
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