lunes, 31 de agosto de 2009

Decrecer para vivir mejor


Alex Arizkun

a
mucha gente le sonará raro este título: ¿Cómo es posible vivir mejor si decrecemos? A otros les parecerá imposible: ¿No es precisamente el crecimiento económico lo que nos conduce a un mayor bienestar? En el mundo en que vivimos el crecimiento se identifica con generar más empleo, con mayores oportunidades para todos, con la eliminación de las desigualdades, con la ampliación de los servicios sociales? Sin embargo este mito del crecimiento económico no resiste un detenido contraste con lo que ha ocurrido. Hoy estamos en crisis, pero cuando las economías crecían el empleo reportaba jornadas de trabajo cada vez más largas y contratos cada vez más inseguros; el aumento del consumo no se traducía en mayores satisfacciones; las desigualdades en el mundo han crecido (en 1960 las diferencias de renta entre países pobres y ricos eran de 1 a 30, hoy son de 1 a 80); mientras que se construyen más y más autopistas y trenes de alta velocidad la educación y la sanidad no mejoran proporcionalmente. ¿Somos más felices que nuestros abuelos?

Además cada vez aparecen más síntomas que ponen al crecimiento en su sitio: el crecimiento económico continuado resulta imposible. Los humanos parecíamos haber olvidado una cosa muy sencilla: la producción de bienes y servicios necesita de energía, necesita de materiales, necesita de espacio? y éstos son limitados, no son indefinidos, no podemos utilizarlos cada vez más sin llegar a agotarlos. En ciertos aspectos ese agotamiento ya ha llegado: ya hemos alcanzado el cénit del petróleo y seguir consumiéndolo de forma creciente acercará su inevitable final, hemos llenado la tierra de seres humanos y como cada uno de nosotros consumimos cada vez más ocupamos más y más espacio, estamos llenando la atmósfera de gases que producen el Cambio Climático. Si quisiéramos extender los niveles de consumo europeos a todo el mundo necesitaríamos tres planetas para que fuera posible, o siete planetas si quisiéramos generalizar el consumo del estadounidense medio. Pero, incluso, sin pensar en ese futuro, que para algunos pudiera ser deseable, el consumo actual del mundo en su conjunto ha sobrepasado la capacidad de carga del planeta: estamos viviendo con recursos que serán necesarios para nuestros hijos y nuestros nietos.

Si no tomamos medidas y ponemos en marcha una transición ordenada hacia un mundo con menos uso de energía y materiales, si no decrecemos en su utilización, la Naturaleza nos pondrá en nuestro sitio y el decrecimiento se producirá de forma traumática.

Para algunos ese necesario ahorro va a venir con avances técnicos que permitirán mantener el crecimiento. Mayor eficiencia energética, mayor uso de energías renovables, mayor reciclaje de materiales? permitirán seguir creciendo. La técnica puede ayudar, pero si continuamos creciendo esos ahorros técnicos se verán desbordados. El ejemplo del automóvil resulta muy expresivo. Desde la crisis del petróleo de los años setenta del siglo pasado los automóviles han mejorado su tecnología y consumen menos gasolina cada cien kilómetros que antes, pero hoy consumimos en el mundo más del doble de gasolina de automoción que hace cuarenta años. La explicación es simple: hoy utilizamos más coches que antes, son más grandes y pesados, recorremos más kilómetros al año?

Pero si paramos el crecimiento ¿qué pasará con el empleo? Si lo hacemos a través de una transición ordenada podremos trabajar todos menos y trabajar todos. Eso exigirá tener menos bienes materiales, sí. Eso exigirá viajar menos, sí. Eso exigirá comprar menos cosas, sí. Pero tendremos más tiempo libre y cada uno podrá dedicar su ocio a uno mismo, a relacionarse con otros, a cultivar sus aficiones, a aprender nuevas cosas, a leer, a no hacer nada?

Además, si nos parece deseable que todo el mundo pueda comer, vestirse, tener una vivienda y tener cubiertas sus necesidades más básicas y el crecimiento no va a conseguirlo, estamos obligados a pensar de qué manera hay que distribuir los recursos de que disponemos. No podemos seguir confiando en que la marcha de la economía por sí sola llevará a todo el mundo al bienestar.

Conseguir esto no es fácil, lo sabemos, pero merece la pena pensar y actuar para sacar de nosotros otros valores que parecen dormidos. El placer de las relaciones con otras personas sin tener que competir con ellas o sentirnos superiores, el placer de tener tiempo libre, el placer de conocernos mejor y conocer lo que nos rodea, el placer de no tener prisa? ¿Merece la pena renunciar a muchos objetos y movimientos superfluos para conseguir ese tipo de vida? Nos parece que sí.

Algunos nos venimos reuniendo en Pamplona, como en otras muchas partes del mundo, para pensar y actuar en esa dirección, para ir descubriendo las posibilidades de avanzar en ese camino, para ir detectando las dificultades y las vías de superarlas en el colectivo DaleVuelta (dalevuelta.bira@gmail.com ). Merece la pena vivir mejor y es posible.

Publicado en Diario de Noticias

domingo, 30 de agosto de 2009

«Dumbo» es la monda


Fede de los Ríos

Cuando niño, a Basagoiti, en los colegios madrileños del Opus Dei, Retamar y Aldovea, donde estudiaba y donde empezaron a modelar su espíritu, a su paso los demás niños decían: «ahí está el etarra». Se le dirigían con un «¡eh, tú, etarra!». Pobrecico mío, con lo que eso marca de por vida. Como era vasco, pues ya se sabe. Aunque él afirma que era «de buen rollo».

Cuando se trasladó a los Agustinos de Bilbo, lo apodaron Dumbo, como el elefantito azul. Él cree que debido a sus apéndices auditivos, aunque en inglés «dumb» puede significar tanto «mudo» como «tonto». Qué mala baba la de los niños de los agustinos.

Tengo la absoluta seguridad de que el sentido del humor tan campechano con que nos regala nuestro Dumb fue desarrollado en los colegios de la Obra. Ese hablar joven del que hace gala: «a mí no me importan las luchas identitarias, a mí lo que me importa son los miles de `tíos' que se han quedado sin trabajo». Obsérvese el acercamiento tan familiar de la acepción «tíos» frente a la de trabajadores, viniendo de un sujeto que ha recibido, por cuna, una exquisita educación. Así son de cercanos los populares. Ese meter entre palabra y palabra algún que otro taco. «Joder» y «coño», sus preferidos. Y decirlos con sonrisa picarona buscando la complicidad del auditorio. Decididamente, Antonio Basagoiti Dumb, para mi gusto, es uno de los políticos más divertidos. Quizás haya alguno al que no le haga gracia, fruto ello de un resentimiento y una maldad intrínseca, pero los más, con el verbo fluido de su oratoria, como diría él: «nos partimos el culo» de tanto reír.

Cuando lo ves por televisión, en un principio pareciera que fuesen tomas falsas, ahora tan de moda al final de las series, o la dicción propia de un oligofrénico. Pues no. Lo que ocurre es que el tío es gracioso de cojones. Ese juego de no concordancia entre sujeto, verbo y predicado tan imposible de conseguir para otros; esas entrevistas del tipo «¿De dónde vienes?» «Manzanas traigo». Es un hombre hinchante, como diría mi amona.

Tiene, como humano que es, sus filias y sus fobias.

Don Manuel, el gallego, es uno de sus ídolos; los hombres de Paco, la Oreja de Van Gogh y, por supuesto, como vasco, a España la lleva en el corazón. Hasta tal punto que declaró hace unos días: «cuando recibí mi primer beso, el de una francesa, dije `joder, cuántas babas'». Y es que ya se sabe lo guarrillas que son las francesas. Sólo la española besa de verdad. ¿Algo mojigato?, podrá pensar el lector. En absoluto, un individuo abierto a experiencias: «Quizá lo nuestro sea más sexo que amor», afirmó en relación a su pacto con Patxi López. Claro, como no es francés... Y puntualizó: «No llegamos a matrimonio, somos pareja de hecho». Patxi es el ratoncito Timothy que acompañaba a Dumbo. No es cierto, pues, que los elefantes se asusten de los ratones; a quien teme Toñín es al kiliki negro y a los que él llama «batasunos etarras», esta vez de mal rollo. Los fantasmas infantiles nos acosan aún de adultos. Por eso, queridos niños, no hay que reírse del débil, y mucho menos maltratarlo, aunque sea el más tonto de la clase.

Publicado en Gara

miércoles, 19 de agosto de 2009

¡Viva Galindo, Vera, Barrionuevo, Amedo...! ¡Viva!


Sabino Cuadra

E
N realidad este artículo es un experimento. Se trata de comprobar qué pasa tras escribirlo. Me gustaría, por otro lado, que este texto pudiera ir acompañado de las fotografías de todas estas personas, pues así todo sería más actual. Pero vayamos al grano: ¿será ilegal dar vivas a los patriotas arriba mentados condenados en su día por secuestros, torturas y asesinatos?

Enrique Rodríguez Galindo, ex general de la Guardia Civil: ¡presente! Condecorado con 13 cruces de oro y plata, medallas y encomiendas varias. Condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala. Ascendido de comandante a general mientras todo aquello ocurría. Cumplió tan solo cuatro años y medio de prisión, siendo excarcelado por razones de salud.

José Barrionuevo, ex ministro del PSOE: ¡presente! Condenado a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación por el secuestro de Segundo Marey y por malversación de fondos públicos. Recibió un indulto parcial (un tercio de la condena) y obtuvo un tercer grado especial. Pasó sólo tres meses en prisión.

Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad con el PSOE: ¡presente! Condenado a 17 años de prisión y 12 de inhabilitación por el secuestro de Segundo Marey, malversación de fondos públicos y corrupción. Indultado parcialmente por Aznar. Cumplió tan sólo dos años y dos meses de prisión, la mayor parte de ellos en régimen abierto, yendo solamente a dormir.

José Amedo, ex subcomisario de Policía. ¡Presente! Condenado a 117 años de prisión por seis delitos de asesinato, secuestro, lesiones y asociación ilícita. Pasó doce años en prisión, la mitad de ellos en régimen abierto.

La lista de este club sigue con Julen Elgorriaga, ex gobernador civil de Gipuzkoa con el PSOE, condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de Lasa y Zabala. Su estancia en la cárcel no duró dos años, quedando libre por motivos de salud; Julián Sancristobal, ex gobernador civil de Bizkaia, condenado por secuestro y malversación a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación, cumpliendo tan sólo 15 meses..., y hay más: Ricardo García Damborenea, Michel Domínguez, Miguel Planchuelo, Ángel Vaquero, etcétera.

Según los tribunales que juzgaron todo lo anterior, los GAL y toda la trama de la guerra sucia no constituyeron banda terrorista alguna. Los secuestros, tortura y muerte de Lasa y Zabala fueron un hecho puntual, sin relación alguna con los crímenes de Amedo y su banda. Se trató, más que nada, de distintos prontos que les fue dando en aquella época a unos cuantos celosos defensores de la ley y el orden, empujándolos a torturar, secuestrar, matar, robar, malversar… Nada que ver los unos con los otros ni con ningún plan diseñado desde gobierno, institución o lugar alguno. El hecho de estar pringados hasta las cachas subcomisarios y comisarios policiales, oficiales, mandos y jefes de la Guardia Civil, gobernadores, secretarios de seguridad y ministros fue algo casual. Lo que pasa es que, como a veces ocurre con las setas, la cosecha delictual en aquella temporada fue abundante y por eso pudo dar la sensación de algo más organizado, pero de eso, nada de nada.

A los condenados no se les aplicó doctrina Parot alguna, sino todo lo contrario. De promedio no cumplieron ni el 10% de las penas impuestas, pero eso tampoco quiere decir nada. Quienes les indultaron, acordaron la prisión abierta y excarcelaron por motivos de salud no aplicaron trato alguno de favor. Estas medidas no respondían a pacto previo alguno con el Gobierno ni a las amenazas que hizo alguno de tirar de la manta. Y como no hubo banda armada ni ellos eran terroristas, las concentraciones socialistas ante las cárceles pidiendo "¡amnistía, libertad!" tampoco fueron disueltas a pelotazos.

Y colorín, colorado, el cuento del GAL se ha acabado. Hoy ya no queda nada de aquello. Las torturas señaladas por Amnistía Internacional o el Comité de DDHH de la ONU, el secuestro de Alain Berastegi y la desaparición de Jon Anza son denuncias carentes de fundamento alguno. Claro está, también en su día Amedo sostuvo que los GAL eran "un invento de HB y de un periodista batasuno" y luego reconoció su plena implicación en sus actividades e, incluso, dio a entender que Felipe González estaba al tanto de todo aquello. García Damborenea afirmó también esto último, si bien con mayor contundencia.

En días pasados hemos asistido en la prensa a un interesante debate político entre distintas formaciones políticas navarras (NaBai, UPN, PSN...). Se señalaba que, ante los atentados de ETA, no bastaba con expresar la condena a los mismos, sino que era preciso también afirmar tajantemente la más plena solidaridad con la policía, Guardia Civil y las fuerzas de seguridad.

A las personas no hay que juzgarlas por la opinión que éstas tienen de sí mismas, pues esto sería estúpido. Hay que valorarlas por lo que son, que no por las virtudes por las que se adornan. De la misma manera, las instituciones democráticas , las fuerzas de seguridad y los tribunales de justicia no son tales por el mero hecho de que así se autodenominen. En nuestro caso, muchas de estas instituciones han dado continuidad, sin más, con pequeñas pinceladas, a las que existieron durante los cuarenta años de dictadura.

Ocupaciones, cargas y detenciones policiales recorren hoy las fiestas de nuestros pueblos. El Euskal presoak, Euskal Herrira! , por arte de birlibirloque, se ha convertido en enaltecimiento del terrorismo. Reclamar la libertad, incluso la de quienes aún no han sido condenados por nada, es delito de lesa patria. Portar sus fotografías está penado ahora más que la propaganda ilegal en tiempos de Franco. Mientras tanto, Galindo, Elgorriaga, Sancristóbal, Amedo, Vera, Barrionuevo, Danborenea… viven con placidez su merecido descanso. O sea, vivimos en un estado de derecho, gozamos de una democracia como pocas, nuestros jueces hacen justicia de la buena y la policía se desvive por nuestra seguridad. Por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas.

Publicado en Diario de Noticias

sábado, 15 de agosto de 2009

La imposible capitalidad


Mikel Sorauren

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OLANDA Barcina es una mujer decidida, que los tiene bien puestos… el bastón de munícipe en la mano y el escudo capitalino sobre su basquiña… Con estos atributos -y el apoyo del PSN y de la gente pamplonesa de bien- ha logrado imponer su orden en la capital del Estado navarro. Espacios urbanizados sin previsibles construcciones inmediatas, pavimentos manifiestamente mejorables, que suministran trabajo continuo, ante la necesidad permanente de ser reparados; se supone que también proporcionan beneficios a los empresarios concesionarios.

Barcina ha pasado por encima de Pompeyo y Carlomagno -y el mismo Fernando el Católico- cuando ha estimado que el confort de los pamploneses reclamaba aparcamientos junto al cuarto de estar de casa, en la mismísima plaza del Castillo, y no se ha arredrado ni ante el Olentzero. Todo hay que decirlo, ha contado con la valiosa colaboración de personas como el jefe de la policía municipal, Santamaría -capaz de resolver a linternazos las más peligrosas concentraciones de amas de casa y jubilatas-. Pero no le atribuyamos la totalidad del mérito. Sus actuaciones han contado con la colaboración de la judicatura que ante las manifiestas agresiones sufridas por el patrimonio material e inmaterial de Navarra, se han limitado a volver la cabeza hacia el lado contrario del desaguisado.

Su apuesta de mayor importancia se centra en conseguir para su Pamplona la capitalidad cultural europea, apuesta ésta que provoca la reacción más negativa entre los pamploneses sensatos. No pretendo polarizar la crítica de las carencias culturales navarras en la actual alcaldesa. Finalmente representa a las élites sociales que durante décadas se han dedicado a erradicar los rasgos culturales navarros.

El seudo-navarrismo tiene como nota más destacada lo que algunos denominan autofobia -rechazo de los rasgos identitarios propios, como resultado del acomplejamiento inducido por los dominadores-. Su ideología se define por la negación de los planteamientos positivos de sus oponentes, anti-vasquismo, anti-Euskera… Tiene una incapacidad fundamental para definirse como alternativa política y cultural. Su carencia es de tal magnitud que es incapaz de concretar sus propuestas, que se limitan a proclamar la identidad peculiar de la CFN, hurgar en el osasunismo y javieradas y exaltar los Sanfermines, como una fiesta inigualable, en la que está permitido cualquier exceso y desmesura, siempre naturalmente que no se toque a la autoridad competente -naturalmente barcinil- y se adoren como fetiches los momenticos, la jota de San Fermín y el atuendo sanferminero de tan corta tradición, defendido como una de las señas más profundas de nuestra identidad por los castas y pamploneses de toda la vida. Estas gentes han castrado la fiesta, que nació y creció como libertad frente a la imposición autoritaria. No quedan sino unas cuantas imágenes estereotipadas para ofrecer al foráneo una idea confusa y equivocada de la realidad pamplonesa.

El problema de la cultura en Pamplona no es atribuible a una inadecuada gestión administrativa. Toda colectividad con personalidad fuerte tiene capacidad para promover su propia cultura y reelaborarla, mediante la asimilación de los elementos alóctonos que puedan interesarle. La capacidad de elaboración cultural se encuentra en cualquier colectividad que disfruta del control de sus elementos identitarios. No podemos ser tan engreídos que lleguemos a concluir que la cultura es una prerrogativa exclusiva de las sociedades democráticas. Las sociedades autoritarias han conseguido también importantes logros culturales, porque, en definitiva, la cultura es un instrumento de expresión colectiva que satisface necesidades insoslayables de cara al funcionamiento de una sociedad concreta. Los nazis y fascistas -sin ir más lejos- desarrollaron elementos culturales útiles a sus objetivos sociales y estatales. Es cierto que en sus manifestaciones laten mensajes claros o subliminales, que no pueden ser asumibles. Igualmente es cierto que en tales manifestaciones se produce una sublimación de los valores autoritarios y genocidas, pero su aspecto puede ser, casi siempre, agradable y amable, al mismo tiempo que es obligado reconocer el valor de muchas de sus técnicas y propuestas. ¿Por qué negar que Hitler tenía planteamientos urbanísticos agradables, basados en amplias avenidas y amplios espacios que desdeñan los constructores demócratas , en aras a la productividad del terreno? No saquemos las cosas de quicio; que a la hora de destruir edificios mejor hubiera sido emplear la dinamita y excavadoras en destruir el 90% de las edificaciones ejecutadas en las últimas décadas que en el escenario de las parafernalias nazis en Nüremberg.

A donde pretendo llegar es a la conclusión de que para tener cultura hay que tener Estado. Esta conclusión es, por lo demás, el punto de partida para explicar las dificultades de nuestra colectividad a la hora de plantear y elaborar una cultura propia. Se oye entre la gente bienpensante de la comunidad foral que Pamplona es un erial cultural. ¿Y qué pretenden que sea con un sistema político empeñado en anular la realidad humana de nuestra colectividad? A ello contribuyen las imposiciones de las élites sociales y políticas que dominan en la CFN desde hace un siglo, o más. La razón no es otra que su proyecto político, en contradicción frontal con nuestra trayectoria histórica, desde el momento en que se encuentra supeditada a los intereses nacionales de otros Estados. Desde el punto en que se niega la identidad más profunda y auténtica de Navarra, basada en la cultura euskaldun, no queda por hacer en materia cultural otra cosa que mirar bobaliconamente las expresiones culturales de otros, que no obstante, tampoco son bien comprendidas y nada hay de mayor inutilidad en el terreno de la cultural que los ficticios ateneos de resonancias hispánicas a los que se acogen los presumidos consumidores de cultura y arte, eso sí, bien dotados de medios financieros prodigados por sus amigos de la administración. ¡Como si la mera asistencia a conciertos y exposiciones fuera suficiente para pulir el pensamiento y actitudes que puede permitirnos comprender mejor al ser humano y hacernos conscientes de sus problemas!

Es obligado dar la vuelta a esta situación. Adoptar la actitud pasiva de quien cree que los navarros somos incapaces de la elaboración cultural equivale a asumir la imposición en este terreno -secuela de la misma imposición política- con la que intentan marcarnos los españoles y franceses. Qué los navarros han sido capaces de tal creación cultural lo pone de manifiesto la huella de nuestra cultura estatal, reconocida incluso por personajes de talla universal desde Shakespeare a Humboldt. Estos personajes admiraron y proclamaron la universalidad de nuestra cultura en los terrenos sociales y culturales en general, pero aquella Navarra que algún día sería la admiración del universo era una Navarra que luchaba por la libertad; libertad que fue conculcada por la inquisitorial España y la Francia dirigida por la Sorbona católica. Se explica la persecución sistemática del euskara, las multas al Olentzero y la promoción de valores de tan alto significado universal como el carro de Manolo Escobar y las gesticulantes contorsiones del cantante Raphael.

En la elaboración de cultura, la institución política debe limitarse a facilitar los medios, no a gestionar e imponer las manifestaciones como tales. Toda actuación que no tenga en cuenta esta perspectiva adolecerá de inautenticidad y artificiosidad. Así se explica la inanidad cultural de la CFN y de Iruña. Por la falta de libertad básica en que se halla una colectividad a la que se niega su identidad, una identidad que no puede mantenerse, si, previamente, no se reconoce el derecho a ser libre y soberana. De ahí que nos resulte repelente cualquier intento de reclamar para Iruñea en el momento presente ninguna capitalidad cultural. Tanto menos, cuando la misma debe ser expresión de la solidaridad y libertad de que debe disfrutar una colectividad; condiciones que son negadas de manera expresa a tanto irunshemes y navarros por el presente status jurídico político.

Nuestros planteamientos miran hacia el futuro y piensan en soluciones a aplicar en el presente. En el caso de que alguien piense que huelen a naftalina es porque acostumbran a guardar los cristales de sus quevedos en formol escurialense.

Publicado en Diario de Noticias

viernes, 7 de agosto de 2009

Tapadera real


Nekane Lauzirika

El 22 de julio de 1969 en los medios de casi todo el mundo aparecía la misma primera: las pisadas que el día anterior Armstrong y Aldrin habían dejado en el nunca hollado suelo lunar. Mientras, aquí la noticia era un juramento a la dictadura: "Sí, juro lealtad a su excelencia el Jefe del Estado -Franco- y fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y demás leyes fundamentales del Reino", jurado sobre la biblia por el actual monarca Juan Carlos I, quien en su posterior discurso añadiría "…recibo del generalísimo Franco la legitimidad política surgida del 18 de Julio de 1936…" . Monarquía franquista instaurada, no restaurada. Muchos dirán que es remover un pasado basura que no interesa a nadie. Pero el juramento lo repitió el 22 de noviembre de 1975, para luego virar y jurar lo contrario ante la constitución ¿perjurio o simplemente aprovechón? Sería bueno saber cómo y por qué mató a su hermano menor Alfonso, del que es casi imposible conseguir una foto como si nunca hubiera existido. O sobre sus intereses personales e impresentable actuación en la descolonización (salida por piernas) del Sahara a favor de Marruecos. O su cuando menos dudosa posición inicial en el golpe y contragolpe del 23 de febrero de 1981. Pero si de las cosas públicas algo se puede atisbar en el 40º aniversario de su nombramiento como sucesor del tirano dictador, alrededor de él se ha urdido una tapadera de medios e intereses espurios que censuran toda información sobre la familia real. Aunque no sorprendida, sí me veo ratificada en mis pensamientos con cada página que leo en el muy bien documentado libro «Una monarquía protegida por la censura» de Iñaki Anasagasti, a quien le ha supuesto diosy ayuda conseguir publicarlo, porque la tapadera de la corona española es muy alargada. Sus dispendios y derroche en gastos suntuarios, desplantes a opositores, sus cacerías -de osos y ¿mantenidas?-, su fulgurante enriquecimiento patrimonial, la continua ampliación de la familia real con aumento sin límite del presupuesto -incontrolable- que destinan a su vida regalada de zánganos… todo subsumido bajo la "no responsabilidad legal" del monarca y la tapadera real de censura que les ampara, auspiciada por un partido ¿republicano? como el psssssoe. Porque 40 años de tapadera real permiten sospechar de enjuagues monárquicos con tufillos probablemente apestosos.

Mienten más que hablan

Sabino Cuadra

Albert Einstein afirmó: «Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro». De haber conocido a nuestra clase política, seguro que Einstein hubiera citado otro elemento más: la cara dura.

Hace menos de un año el FMI predijo que el PIB español crecería un 1,2% en 2009. El superministro Solbes negó entonces la existencia de la crisis y afirmó que se trataba, sin más, de una «desaceleración». Poco después, la misma fuente predijo un decrecimiento del 0,2% para el primer semestre de 2009 y que durante el segundo llegaría la recuperación. Solbes afirmó entonces desvergonzadamente que la crisis serviría para «sanear la economía».

Las previsiones del FMI para la economía española han ido siempre a peor en el último año. A primeros de 2009 habló de un decrecimiento del 2%; en abril, de un 3%; en julio de un 4%. El Estado español es el único entre los desarrollados a quien sigue sin otorgar mejora alguna en sus previsiones. Se anuncia un retroceso del 0,8% para el año próximo. A pesar de ello, la ministra de Economía y Hacienda afirma que «vamos mejorando». Mejorando, ¿qué?

En Nafarroa, nuestro Solbes foral y consejero de Economía y Hacienda, Alvaro Miranda, presentó en enero las previsiones para 2009. Lo que afirmó no tuvo desperdicio. Tras señalar que «todavía (¡!) no se puede hablar de recesión en España», afirmó que «para 2009 se prevé en Navarra un crecimiento negativo del 1,1%, entre 5 y 9 décimas mejor que lo que se espera para el conjunto de España» y que «a partir de la segunda mitad se iniciará la senda de la recuperación... que podrá conducir a crecimientos positivos en 2010». Y concluyó diciendo que el paro llegaría al 10,5% en 2009. Se equivocó en todo.

Según la Encuesta de Población Activa, Nafarroa ha sido durante el segundo trimestre de 2009 la Comunidad donde más ha crecido el paro -seis veces más que la media estatal-, llegando a alcanzar nuestra tasa el 12,33%, y afectando a 38.300 personas. En julio, mientras el paro descendía algo en el conjunto estatal, aquí seguía creciendo. Por su lado, la Caja Laboral ha anunciado una caída del PIB navarro del 3,8% y un desempleo del 13,7% para fin de año. El Instituto Nacional de Estadística, por su parte, ha afirmado que somos la comunidad donde menos han subido los sueldos desde 2002 y la que ha tenido -junio 2009- el mayor descenso en su producción industrial (-27,6%) en el último año. Miranda no da una, pero no importa: el no cobra por eso.

Mientras todo esto sucedía, nuestro pozo de ciencia económica foral ha presentado en junio el libro «Navarra, Spain, Innovating People», mediante el cual el Gobierno quiere proyectar al exterior la imagen de Nafarroa. Contiene «33 píldoras informativas y fotografías de la comunidad foral» y su dvd se traducirá al inglés, francés alemán y chino. Tras su presentación, Miranda, Sanz y Barcina viajaron a Bruselas a promocionar la ocurrencia y los cronistas oficiales del reino -pesebre obliga- glosaron el éxito de la misma.

En Nafarroa más de diez mil familias carecen de ingreso salarial alguno y una de cada tres personas paradas no recibe ninguna prestación económica. Conforme se mantiene el nivel de paro crece también el número de personas a quienes se agota ese subsidio y comienzan a «vivir» de las ayudas públicas. El total presupuestado en 2009 para las familias sin recursos ha sido de ocho millones de euros. Una burla comparada con la supresión del impuesto del Patrimonio, que ha regalado 60 millones a los mayores ricachones de Nafarroa.

Y mientras se acumulan los datos negativos comentados, que contradicen las falsas e interesadas previsiones de Alvaro Miranda, la prensa nos habla de la tournée de fiestas, lunches, vaquillas y procesiones a las que acuden este verano los consejeros del Gobierno -cenas de 400 euros incluidas-, que lo cortés no quita lo valiente y hay muchas maneras de servir a Nafarroa.

No somos Einstein de la economía ni adivinos del futuro. No sabemos por tanto, con certeza, qué va a pasar los próximos meses y años. Pero sí sabemos que todo lo que nos han repetido este último año ha sido falso. «Lo peor ya ha pasado; el futuro será mejor», nos han dicho. Sin embargo, los datos evidencian que, o son unos ignorantes, o mienten... o ambas cosas a la vez, que es lo más probable. Los gobiernos sólo miman a las multinacionales (automóvil...), la banca y las constructoras. Para ellos, decenas y cientos de miles de millones de euros. Para la gente de abajo, a lo más, limosnas.

La patronal y las finanzas, causantes únicas de la crisis que padecemos, no disimulan sus intenciones: contención salarial, ajuste de plantillas, mayor flexibilidad laboral, garantías para sus inversiones, cemento a espuertas, sobreexplotación de la inmigración, reducción de la cuota empresarial, recorte de los presupuestos, privatización de servicios públicos.... No se cortan un pelo, pero al menos son sinceros, y en eso se diferencias de nuestros gobernantes.

No, no es verdad que las cosas vayan a mejorar... al menos para la gente de abajo. Banqueros, empresarios, cementeros y gobernantes a su servicio trabajan para que la salida a la crisis les sea lo más favorable posible. Dejar la solución a ésta en sus manos es apostar por perder. Conseguir que las cosas vayan bien para los de abajo sólo es posible haciendo que vayan peor para los de arriba. Repartir el trabajo y la riqueza, ésa es la única solución razonable y justa: democratizar la economía, democratizar la sociedad. Algo que reivindicó la huelga general del 21 de mayo. Ése es el camino a seguir.

«Mentiras y roscones, cuanto más grandes mejores», dice el refrán castellano. Goebbels, por su lado, añadió aquello de que «una mentira repetida mil veces se convierte en verdad». Ambas frases figuran con letras de oro en el libro de estilo de nuestros gobernantes. Por eso no hay que creerles. Mienten como bellacos. Son de esos que solamente se sonrojan cuando dicen la verdad.

Publicado en Gara