sábado, 14 de marzo de 2009

Rojillo vs. rojo


Juan Kruz Lakasta

Me junto con el inverosímil pamplonés Fermín Huarte para el vermú. Pedimos dos pelotaris -vermú con sifón- y dos croquetas. Nos comunican que la freidora está estropeada. Fermín pide una ración de ensaladilla rusa. Mientras nos la sacan, roba el primer sorbo a su "bebida isotónica" -así suele referirse al pelotari - y me cuenta que en los tiempos de Franco a la ensaladilla rusa la llamaban ensaladilla imperial. Y a la montaña rusa, montaña suiza. No se podía mentar a la bicha. Ocurría lo mismo con el color rojo. Caperucita Roja pasó a ser Caperucita Encarnada, no fuera nadie a pensar que la entrañable protagonista del cuento infantil era contraria al glorioso alzamiento nacional y partidaria del ruin contubernio judeomasónicorojoseparatista . Me consta que Fermín no da puntada sin hilo. Tengo claro que la suya no es una digresión casual, que esa concatenación de conocidas anécdotas en torno al diccionario de la dictadura franquista lleva a alguna parte. Pero no soy capaz de prever a dónde. Así es que lo azuzo un poco, en la esperanza de que acelere el paso y llegue antes al meollo de la cuestión: "No me digas que has hecho una tesis doctoral sobre las peculiaridades del léxico de la obra de José María Pemán". No es eso. Es que hasta hace poco Fermín ha sido de la opinión de que eso de llamar rojillos a los jugadores y seguidores de Osasuna era una tendencia -más o menos inconsciente- de raíces franquistas. Que lo normal era llamarlos rojos . Pero desde hace poco, desde que la gravedad de la crisis se ha hecho patente, le ve sentido a diferenciar rojillos y rojos. Ha leído en Internet que los equipos de 1º y 2º división deben a Hacienda 637 millones. Y que Osasuna acumula una deuda total de 36 millones de euros. Y también ha leído que sólo durante el último trimestre del año pasado, la crisis arrastró a la exclusión social a 821 familias navarras. Hacienda somos todos. Ese dinero dejamos de percibirlo todos. Y en esa tesitura, los Presupuestos Generales de Navarra para 2009 prevén la reedición del acuerdo entre Gobierno foral y Club Atlético Osasuna para mantener el cambio de nombre de su estadio -de Sadar a Reyno de Navarra-, por el que el equipo de fútbol se embolsaría 4,5 millones de euros procedentes del erario público. Fermín dice que es una medida muy rojilla pero nada roja. Incluso, nada ética. Es como para que los rojillos se pongan rojos.

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