Juan Kruz Lakasta
MIRO a la CAV sin quitarme las gafas de columnista de local y me entra la risa floja. El tópico dice que todas las comparaciones son odiosas. Disiento. Algunas son hilarantes. Por ejemplo, la comparación entre las posturas que los diferentes agentes políticos mantienen ante la conformación del nuevo Gobierno Vasco y las que sostuvieron frente a la formación del Ejecutivo navarro. Miguel Sanz dice que en la CAV conviene la alternancia porque una ideología determinada instalada permanentemente en el Gobierno crea desazón en los ciudadanos. Y lo dice sin ruborizarse, mientras UPN se perpetúa en el poder. Por lo visto, entiende que para garantizar la sana alternancia en Navarra basta con que le ceda el sillón, bien calentito, a Yolanda Barcina. Por su parte, los partidos que conforman la coalición de Nafarroa Bai apelan ahora a la intervención de la dirección del PSOE de Madrid. Argumentan que para no desestabilizar ni las instituciones de la CAV ni el Gobierno de Madrid, Zapatero debe convencer a Patxi López de que llegue a acuerdos con el PNV. Sin embargo, cuando Zapatero convenció al PSN de no pactar con NaBai, esos mismos partidos tacharon lo ocurrido de inaceptable injerencia. Por otro lado, según explicaba ayer el editorialista Koldo Aldabe en Berria , los abertzales que votaron nulo o se abstuvieron desean el mal menor, el acuerdo trasversal entre PSE y PNV, ése que tanto criticaron cuando lo defendió Josu Jon Imaz. Por lo que decía ayer otro editorial, el de El País, cabe colegir que en Ferraz la mayoría también prefiere esa fórmula, prefiere en este caso a los nacionalistas vascos frente a los nacionalistas españoles, al contrario de lo que ocurrió en ésta nuestra Comunidad Foral de identidad propia y diferenciada. Por su parte, en otra calle madrileña, la de Génova, ven bien el entente entre PSE y PP, aunque en su día denostaron el entendimiento entre PSN y UPN. Por si todo eso fuera poco, UPN, PSN, CDN y el PP navarro -el partido, no el presentador- afirman que las relaciones entre la CAV y Navarra mejorarían con Patxi López de lehendakari. El acercamiento entre las provincias de Euskal Herria tan deseado por los nacionalistas vascos puede llegar de la mano de las fuerzas constitucionalistas españolas. Gora Euskal Herria askatuta! Gora Euskal Herria konstituzionalista!
0 comentarios:
Publicar un comentario