Juan Kruz Lakasta
pensando , como siempre, en el bienestar de los pamploneses, nuestra ingeniosa primera edila ha dado con la manera de cumplir la Ley Foral de Símbolos en lo referente al cambio de nombre de la plaza Conde de Rodezno sin causar molestias postales a sus residentes. En primer lugar, se revoca la decisión de la corporación franquista de 1952 que bautizó la plaza con el nombre de Tomás Domínguez, conde de Rodezno, colaborador de José Sanjurjo en el intento de golpe de Estado de 1932, cómplice de Emilio Mola en el alzamiento de 1936 y ministro de Justicia del bando nacional durante la guerra civil. Acto seguido, se le vuelve a poner a la plaza el nombre de Conde de Rodezno, en este caso en alusión genérica al título nobiliario, que no en referencia particular al insigne franquista. Todo, según explicaron la propia alcaldesa y el concejal Sánchez de Muniáin en el pleno del pasado jueves, con el único, límpido y apolítico objetivo de cumplir la ley sin perturbar a los vecinos con un cambio de nombre más drástico que pudiese derivar en molestias tan graves como que no llegasen a sus buzones las ofertas de Carrefour. Que en su día la alcaldesa se mostrase reticente al cambio de denominación de las 20 calles de la Chantrea con nombres franquistas obedeció muy probablemente a ese mismo afán de ahorrar incomodidades postales a sus conciudadanos. Que la placa en recuerdo a los pamploneses fusilados en los fosos de la Vuelta del Castillo se colocase a gran altura y con caracteres pequeños hasta hacerla prácticamente ilegible seguramente se debió a que la primera edila quería evitar que algún cartero principiante la confundiese con una de las placas que indican el nombre de las calles. Sugerir que tras esas maniobras hay algo más, como una postura acrítica, condescendiente e incluso apologética con el régimen franquista no es sino una burda e interesada manipulación de la realidad. De hecho, La Entibadora ha podido saber que Alcaldía baraja para los barrios de nueva creación una lista de nombres que deja clara su franca apuesta por un callejero neutral y apolítico que no reabra viejas heridas. Calle 18 de julio , en recuerdo de Santa Sinforosa, piadosa romana que murió mártir en el año 120 y cuyo día se celebra en esa fecha. Travesía Mola, en homenaje a Camilo Sesto y su celebérrimo tema Mola mazo . Plaza Primo de Rivera, en referencia a los hijos de los tíos de los pamploneses con residencia en la Ribera de Navarra. Avenida Franco, en honor de las personas sinceras.
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