sábado, 25 de abril de 2009

Iruña, ciudad educadora vs ciudad de sombras


Itziar Gómez, Nekane Pérez

H
OY se celebra la X Jornada del Consejo Escolar de Navarra, el tema de este año es la participación de la sociedad en la educación, las ciudades educadoras. El programa de ciudades educadoras ayuda a las localidades a dejar de ser simples escenarios de la acción educativa para convertirse en agentes educadores. En Navarra sólo contamos con dos localidades que han entrado en la red de ciudades educadoras. Uno de los posibles motivos para que esto ocurra puede ser la falta de conocimiento de las entidades locales de este concepto. La verdad es que no es éste un tema excesivamente conocido, quizá podríamos asegurar todo lo contrario, que es un tema que pasa desapercibido. Ya en octubre, en el Parlamento se aprobaron por unanimidad dos puntos de una moción en la que se pedía que se realizasen campañas de información sobre la importancia de los entes locales en la educación y también a los entes locales de programas tales como ciudades educadoras.

El concepto de ciudad educadora trata de dar una nueva dimensión que trasciende del carácter formal y poco flexible del sistema educativo, conlleva implícita la interacción entre las propuestas de la educación formal, no formal e informal. Hay que asegurar, en primer lugar, un funcionamiento óptimo del sistema educativo formal, pero es necesario integrar en una misma perspectiva la acción educativa de los distintos ámbitos y agentes educativos a partir del diálogo y la colaboración. No se puede entender el futuro de nuestros pueblos sin tener en cuenta la educación, en el más amplio sentido. Nuestros municipios han de actuar con corresponsabilidad, enseñando más allá del aula, más allá del horario lectivo e incluso más allá de la escolarización obligatoria. En este cambio de época en el que vivimos debemos colocar la educación con mayúsculas en el centro del discurso político y sobre todo del debate social.

La necesidad de abrir las escuelas a la sociedad es algo en lo que se cree o no se cree, pero no basta con decirlo, también hay que actuar. Hay experiencias en nuestra comunidad de ciudades que educan. Algunas tienen el nombre de ciudades educadoras, otras no. Como siempre, ni todas las que lo son lo tienen ni todas las que lo tienen lo son. Hay entornos realmente educativos en los que se realizan proyectos educativos que trascienden de la escuela, que cuentan con la participación de más de un centro educativo, del centro de salud, del polideportivo, del Ayuntamiento: juntas podemos aprender, juntos podemos enseñar. Una ciudad educadora debe promover el respeto a la diversidad y facilitar la afirmación de la propia identidad cultural. Es necesario facilitar sistemas de participación que permitan la acción transformadora de los individuos como ciudadanos y que eviten cualquier forma de discriminación. Se pretende formar una nueva ciudadanía activa y comprometida que aprenda participando y ayudando a encontrar respuestas alternativas. La ciudad educadora debe promover la educación en la diversidad, en el diálogo intergeneracional

En el marco de la ciudad educadora, las administraciones locales tienen como función básica la promoción de la participación ciudadana en la gestión y transformación de su ciudad potenciando aquellas acciones que impliquen la interacción entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. Por esta razón es preciso que promuevan la formación específica de los distintos agentes educativos y la participación e iniciativa ciudadana poniendo los recursos necesarios a su disposición. A estas alturas ya se habrán dado cuenta pero aquí mismo tenemos una ciudad educadora, Iruña. ¿No lo sabían? Pues sí, de hecho la mismísima Yolanda Barcina vendrá de ponente a la Jornada del Consejo Escolar. Todo un honor que los grupos parlamentarios no tuvimos, de hecho, nadie quiso aceptar la invitación para compartir esta experiencia. Ya veremos qué es lo que nos cuenta de la promoción de la participación, de la riqueza de la diversidad, de al menos la aceptación de las diferentes culturas...

Realmente la curiosidad me mata, quizá nos quiera hablar de San Fermin Txikito o del Olentzero, por nombrar algunas actividades que sin pensar mucho nos vienen a la cabeza. También podemos pensar en cómo esta ciudad joya de la cultura censura la compra de diarios en las bibliotecas. Está claro, Iruña es modelo de cultura, educación y participación. Basta con echar un vistazo a la página web del Ayuntamiento en la que de aparecer el hecho de que es una ciudad educadora será de un modo bien escondido. Desde luego, no hay riesgo de ser capital cultural si para promocionar esa candidatura ponen el mismo empeño que para promocionar Iruña como ciudad educadora, o quizá ¿no es lo suficientemente importante para que la gente que aquí viva lo sepa? No aparece ni en educación ni en participación, los programas educativos están básicamente relacionados con la infancia, bien dirigidos a ella directamente o bien a sus padres. ¿Qué ocurre con todos los demás? ¿Dónde aparece la educación no formal, informal? Ser ciudad educadora no puede convertirse en un título sin más, ser ciudad educadora supone iluminar una ciudad de sombras, no dejemos que la fuerza oscura gane la partida de la participación.

Publicado en Diario de Noticias

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