jueves, 23 de abril de 2009
Centrifugando
LA lavadora suena a pachanga sanferminera. Podría ser una canción de Georgie Dann: "La lavadooora, la lavadooora, la lavadooora, láaaaavala ya...". También podría ser del Chikilicuatre: "La pone Rajoy, la pone Hugo Chávez, la pone Zapatero, mi amor, tú ya sabes. La ponen los brothers, la ponen las madres, la pone mi abuela con las bragas en la mano. Y la lavadora se pone así: uno, el prelavao. Dos, programa corto. Tres, el delicao. Cuatro, ¡centrifugao!". O de Kortatu: "Ez dakit zer gertatzen den azken aldi honetan, jendea hasi dela garbitzen sarritan". Incluso podría ser una composición del difunto maestro Turrillas: "Hay un pañuelo coloraaaao, en la esquina del tambooor, hay un pañuelo coloraaao, por evitar el desastre la lavadora he paraaao, pero toda la ropica color clarete se ha quedao". La lavadora refleja las dos -dos mil, doscientas mil...- caras de los Sanfermines. La fiesta es blanca y es roja. Es limpia y es sucia. Blanca como la cal y roja como las magras con tomate. Y negra como los chipirones en su tinta. Y gris como las manchas de cubata. Y rosa como cuando lavas la ropa blanca y roja junta. Es sol, mucho sol, pero también es sombra. Es día y es noche. Es mosto con los hijos y cubatas con los amigos. Luminoso vermú callejero y oscuro guarrerío nocturno. Pantalón con raya planchada en la procesión y pantalón bajado hasta los tobillos en el revolcón. El txun-txun de las peñas y el chumpa-chumpa del Jito Alai. Gigantes y autos de choque. Encierro y fuente de la Navarrería. Divinos y guiris. Maceros y pies negros. Gaztetxeros y concejales. Yin y Yan. Y Jon, y Anne, y Juan. Centrifugado de culturas, estómagos y generaciones. Dicen que en el reflejo del tambor se adivina un toro. Yo no lo veo. Yo veo un hijo recién llegado a casa y una madre recién levantada desayunando juntos unos churros recién comprados. Y un padre con abono de sombra ayudando a preparar la merienda a una hija con abono de sol. Y otro padre echando la bronca a otro hijo. Y una pareja discutiendo. Y una pareja abrazada. Y un maula vomitando abrazado a la taza del váter. Veo gente, mucha gente. Y me gusta. Me gusta mucho el cartel de la lavadora.
Etiquetas: Juan Kruz Lakasta, San Fermin
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario