sábado, 25 de abril de 2009

Éxtasis litúrgico


Juan Kruz Lakasta

voy a presentar el cuadro de Mikel Urmeneta que anunció los Sanfermines de 1990 al concurso de carteles del año que viene. Y estoy convencido de que el excelentísimo Ayuntamiento de nuestra metrópoli foral no va a ponerme ninguna objeción. Las bases establecen que las obras han de ser originales e inéditas. La mía será original en el sentido de novedosa, pues hasta hoy a nadie se le había ocurrido presentar como propio uno de los carteles más conocidos de entre los que han anunciado las fiestas de esta gloriosa ciudad. Y será inédita, en tanto en cuanto hasta ahora el cartel de Urmeneta se ha publicado con fecha de 1990 y yo, evidentemente, le cambiaré el año, le pondré un 2010, por lo que, en rigor, será un cartel inédito. Puede parecer una argumentación un tanto forzada, pero no violenta las bases del concurso más de lo que lo han hecho los mandatarios regionalistas a cuenta del cartel presentado dos años consecutivos por un equipo de diseño, ese de la bota que simula una cabeza de toro. Desde el Consistorio explican que es una obra original porque, aun sin haber abierto todavía las plicas, suponen que sus autores siguen siendo los mismos del año pasado. Y afirman que es inédita porque no se ha publicado, a pesar de haber sido expuesta en la sala Conde de Rodezno -próximamente Condado de Rodezno, denominación original donde las haya- y en un blog especializado en carteles sanfermineros. Desde estas líneas no puedo sino aplaudir la actuación de ambas partes. Tanto la de los artistas del afamado equipo de diseño que han tenido el cuajo de presentar dos veces el mismo cartel -qué cosa la sugestión, desde que me enteré de lo ocurrido, cuando miro su cartel, en la bota en vez de ver la testuz de un toro veo un aparato genitourinario masculino con dos testículos como dos melones de grandes: hace falta tenerlos cuadrados-. Como la de los artistas del Consistorio que han realizado una auténtica obra de arte del encaje de bolillos dialéctico para no echar para atrás la bota de marras. Parecía que con la elección por votación popular del cartel anunciador de los Sanfermines íbamos a perder la entrañable tradición de polemizar sobre la obra seleccionada para tal fin, pero con su rocambolesca actuación entre unos y otros han conseguido rescatar esta parte fundamental de la liturgia presanferminera. Gracias, de todo corazón, de parte de un pamplonés extasiado con esta inesperada recuperación. Ya falta menos. Post scriptum : ojo al dato. Llevo dos días seguidos aplaudiendo la labor de los mandatarios regionalistas. Para que luego digan que sólo sé criticar.

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