Jorge Nagore
si yo montara una empresa -la CEOE oé-oé-oé-oé me libre- sería hasta medio normal que si no me fuera del todo bien -lo que en mi caso sería inevitable- tratara por todos los medios de aliarme con otras para sacar adelante a mis cachorros -en mi caso a los cachorros de los que trabajan en Caja Navarra, no hace falta que me deis las gracias-, lo que los pijos llaman "establecer sinergias". Fruto de esa sinergia -no confundir con anemia-, la otra empresa se encaminaría, indefectiblemente, a tomar por culo, porque si hubiese hecho bien su knowhow -"saber qué hacer", esto es para los que estudiáis LADE- tendría que haber sabido que esperar algo positivo de una alianza fabril o comercial conmigo es como esperarlo de Roberto Señor Cangrejo Jiménez si votaste cambio. Si, por contra, montara un partido político -la CNT me libre- para sacar adelante una forma de estar y ser y hacer y la cosa me fuera mal -lo que en mi caso sería inevitable- y creyera que no me iba a votar ni la familia, supongo -sólo supongo- que tendría un poco de dignidad y vergüenza y no me arrastraría como una babosa por el barro con la palma hacia arriba en forma de cuenco buscando aliados -mejor dicho, implorándolos-, porque se supone que así como con el sustento uno puede rebajar un poco -muy poco- sus principios, con los principios no se pueden rebajar los principios, porque entonces dejan de ser principios, ¿no? A estas alturas de la farsa, hablarle a un político profesional de principios o de respeto a sus propios votantes es tan inútil como saber quién manda en NaBai y para qué, pero lo de este verano de Burguete y querer aliarse con UPN y PP rompe barreras. Lo que ya es decir en esta tierra. Alli tiene que estar meao de risa. Y Sanz no te quiero ni contar. Por favor Sálvame , na-na-ní na-na-ní.
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