En su desenfrenada carrera de cazafotos con la que se ha ganado el cariñoso apelativo de «Fotomatón», el consejero de Interior del Gobierno de Patxi Lehendakari se quejaba amargamente de las críticas que le llovieron desde diversos sectores por su radical posición iconoclasta. Decía el consejero de Interior, empeñado en eliminar las fotos de exteriores e interiores, que ellos no provocan calentamientos globales ni daños colaterales, refiriéndose a la sarracina de Lekeitio, y que lo único que hacen es cumplir la ley, y preguntó a los partidos que critican sus furibundas actuaciones si aceptarían la exhibición de fotografías de criminales nazis o de violadores.
Respecto a los nazis, sería del máximo interés que el consejero del gesto amable explique qué es lo que su Departamento ha hecho para la persecución y detención de los miembros de la Falange que acaban de reivindicar hasta veinticinco actuaciones violentas en contra de las víctimas del franquismo que, creo yo, son víctimas del terrorismo.
En lo referente al tema de los violadores, habrá que ver, cuando lleve algo más de tiempo en el cargo, la evolución de este tipo de delitos en nuestra comunidad, pero, de momento, tanto el Gobierno central como el autonómico tienen entre sus objetivos preferentes el traslado a prisiones vascas de Paco Larrañaga, filipino de origen vasco condenado por la violación y asesinato de dos adolescentes. Dicen que no tuvo un juicio justo y que ése es el motivo por el que la diplomacia española ha desplegado una intensa actividad para conseguir sacarle de las prisiones filipinas.
Vale, pero también son muchos los que piensan que en otras cárceles hay muchos vascos condenados sin un juicio justo y a los que, además, se está aplicando la cadena perpetua, contra lo establecido en la Constitución, a través de ese disparate de ingeniería penitenciaria que, impropiamente, ha sido bautizado como «doctrina Parot».
Y, por último, y por lo que se refiere a que cumplen la ley, no cabe olvidar que él mismo manifestó en relación con este tema que no había que enredarse en discusiones legales. Parece que lo que es legal y lo que no lo establece el consejero, y además de forma claramente abusiva y vulneradora del derecho de libertad de expresión.
Prueba de ello es la revocación por el Tribunal Superior de Justicia de una resolución de su Departamento que prohibía la exhibición de fotos de presos en tres concentraciones convocadas en Arrasate. Exterat recurrió la resolución y el Tribunal ha estimado el recurso, revoca la resolución y permite la exhibición de las fotos en el contexto en el que se producirá: una concentración contra la política penitenciaria del Gobierno.
Parece, pues, que la exhibición de fotos de presos no es contraria a la ley siempre y en todo contexto, tal y como en su desquiciada campaña mantiene Ares. Y está que brama. Como para hacerle una foto.
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