martes, 29 de septiembre de 2009

Cazando moscas con el culo


Aingeru Epaltza

S
e dice en este pueblo que el que no tiene otro quehacer caza moscas con el culo. Este último fin de semana, la principal preocupación de la Policía Municipal de Pamplona no era la prostitución de Buztintxuri, ni los camellos de la Trave, ni tan siquiera los vehículos conducidos por personas con capacidad para hacer saltar un alcoholímetro en las rondas. Este fin de semana, el cuerpo que, por empeño personal de Yolanda Barcina, dirige Simón Santamaría, dedicaba el mayor de sus desvelos a impedir que la asociación Alde Zaharra del Casco Viejo, organizadora de las fiestas de San Fermín de Aldapa, sirviera ni tan siquiera un vaso de agua a las miles de personas que, gracias a la misma, han acudido estos días a Navarrería. Cuentan las crónicas que se ha tratado de un marcaje al hombre (o mujer), en el que se ha vigilado y seguido individualmente a los principales miembros de la asociación, dando lugar a episodios entre lo chusco y lo hilarante dignos de comedia de enredo italiana. En el balance de la operación destaca el decomiso de un peligroso cargamento de cervezas y botellas de tónica schweppes destinados, según todos los indicios, nada más ni nada menos que a su consumo. Hay quien calcula en varias docenas el número de agentes utilizados ex profeso en este desplieguefull time . A ellos hay que sumar los destacados en las inmediaciones para tareas habituales y los refuerzos de la Policía Nacional, a la espera de acontecimientos en la plaza del Castillo y aledaños, inestimable aportación al jolgorio de la delegada del Gobierno, Elma Saiz. Que a pesar de todo ello no haya ocurrido nada que lamentar no es sólo mérito de organizadores y participantes en este feliz acontecimiento del calendario de la ciudad. Es casi un milagro. Al final va a resultar que, grande o pequeño, San Fermín efectivamente existe.

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