Arenys

Aingeru Epaltza

Si una consulta similar a la que transcurrió el domingo en Arenys de Munt hubiera tenido lugar en algún punto de la Comunidad Foral o de la CAV, el asunto habría terminado a pelotazos y con sus promotores compareciendo esposados ante la Audiencia Nacional. Es la ventaja de carecer de vanguardias armadas, que no te puede venir un juez, un delegado/a del Gobierno o un consejero del Interior a decirte que eres de los de la capucha aunque no te hayas enterado. No sé que valor tiene lo de Arenys. Parece que bastante, dado el humo que desprendían ayer los blogs madrileños. Se perfila en el horizonte catalán un rosario de pequeñas consultas locales, con valor jurídico nulo, pero que van a contribuir a alimentar un estado de cabreo con España cada vez más palpable entre la gente del antiguo principado. El anticatalanismo rampante en los principales medios de comunicación y partidos políticos del Estado -PSOE incluido- está haciendo el milagro: nunca Cataluña ha sido tan independentista como hasta ahora. Se teme además que la previsible sentencia negativa del Tribunal Constitucional sobre el nuevo Estatut pueda multiplicar este sentimiento. El tema catalán va a acabar siendo, junto a la crisis, la otra vía de agua por donde se hunda el proyecto de Zapatero. Mientras, nuestros independentistas locales se miran en el espejo de Arenys, de la misma forma que se emocionan con el referéndum que los nacionalistas escoceses anuncian para 2010 sin que el gobierno británico amenace por ello con la intervención del ejército. No está mal soñar, pero se me ocurren bastantes parcelas a las que dedicar mejor nuestros esfuerzos, desde la cultura a la labor en pro de los más desfavorecidos. Es probable que nuestros hijos vean una Escocia independiente o incluso un estado catalán (sin Valencia ni Baleares), entes todos ellos que quizás hagan más felices a sus habitantes. Aquí no. Aquí ETA ha vacunado a este país para el independentismo, y eso puede durar generaciones.

Publicado en Diario de Noticias