viernes, 29 de mayo de 2009

Vendepeines


Juan Kruz Lakasta

Qué alegría, qué alboroto, otro proyecto de participación ciudadana piloto. Señora, llegan a la Rochapea los presupuestos participativos ahora. Caballero, no les va a poder poner ningún pero. Estamos que lo tiramos, oiga. El premio lo eligen ustedes, como diría el tristemente finado y maestro de maestros Joaquín Prats, con la única condición de que acierten su precio justo sin pasarse de la astronómica cifra de medio millón de euros. Como lo oyen: medio millón. Nos hemos vuelto locos, oiga. Aprovéchense, no se pierdan esta locura, no se pierdan esta fiesta de la participación ciudadana. Consigan su papeleta para participar en la votación popular. Qué rica la papeleta para el niño y el pureta. Qué rica la papeleta para el abuelo y el niño de teta. Que me las quitan de las manos, oiga. Que casi no me quedan, oiga. Canten conmigo: qué rico el presupuesto, me gusta el presupuesto... No olviden rellenar sus papeletas con el bolígrafo Bic de cuatro colores, esa joya de la escritura llegada a nuestras tierras de la mano del gran Donan Pher, el emperador del bolígrafo. Atención, porque comienza el festival de la democracia participativa. Veo en nuestras urnas de la risa las primeras papeletas. Y compruebo que ha habido un pequeño malentendido, por causas ajenas a nuestra voluntad y propias de la voluntad suya de ustedes. Evidentemente, cuando decíamos que podían elegir cualquier proyecto, queríamos decir que podían elegir cualquier proyecto que nos pareciese bien a nosotros, que para eso somos los amos de la barraca. Así es que las papeletas que piden recuperar la Runa como Parque Fluvial no valen. Nanai de la China Popular. ¿Alguien ha dicho popular? Popular, así está siendo la votación de los presupuestos participativos, la fiesta de la participación ciudadana. Canten conmigo: esta noche hay una fiesta, vamos todos a la fiesta... Y a mí la fiesta me vuelve loco, así es que, secretario, les vas a dar a estos señores nuestro mejor columpio, una auténtica obra maestra de la ingeniera moderna desarrollada por el Doctor Franz de Copenhage, que optimiza el aprovechamiento del brioso impulso de la fuerza de la gravedad y el generoso arrullo de la inercia para conseguir una sinergia entre niño y columpio desconocida hasta la fecha, que convierte en prácticamente innecesario que el abnegado progenitor de turno se canse meciendo a su vástago. Y no les des ni un columpio ni dos, ya puestos, les vas a dar a estos señores tres de nuestros mejores columpios para instalarlos en la Runa, Anelier y la Compasión. Y, por el mismo precio, les vas a limpiar las orillas del Arga a su paso por este barrio sin igual, las vas a dejar niqueladas, brillantes... Brillantes como esta fiesta de la participación ciudadana. Canten de nuevo conmigo: qué rico el presupuesto, me gusta el presupuesto...

Publicado en Diario de Noticias
Qué alegría, qué alboroto, otro proyecto de participación ciudadana piloto. Señora, llegan a la Rochapea los presupuestos participativos ahora. Caballero, no les va a poder poner ningún pero. Estamos que lo tiramos, oiga. El premio lo eligen ustedes, como diría el tristemente finado y maestro de maestros Joaquín Prats, con la única condición de que acierten su precio justo sin pasarse de la astronómica cifra de medio millón de euros. Como lo oyen: medio millón. Nos hemos vuelto locos, oiga. Aprovéchense, no se pierdan esta locura, no se pierdan esta fiesta de la participación ciudadana. Consigan su papeleta para participar en la votación popular. Qué rica la papeleta para el niño y el pureta. Qué rica la papeleta para el abuelo y el niño de teta. Que me las quitan de las manos, oiga. Que casi no me quedan, oiga. Canten conmigo: qué rico el presupuesto, me gusta el presupuesto... No olviden rellenar sus papeletas con el bolígrafo Bic de cuatro colores, esa joya de la escritura llegada a nuestras tierras de la mano del gran Donan Pher, el emperador del bolígrafo. Atención, porque comienza el festival de la democracia participativa. Veo en nuestras urnas de la risa las primeras papeletas. Y compruebo que ha habido un pequeño malentendido, por causas ajenas a nuestra voluntad y propias de la voluntad suya de ustedes. Evidentemente, cuando decíamos que podían elegir cualquier proyecto, queríamos decir que podían elegir cualquier proyecto que nos pareciese bien a nosotros, que para eso somos los amos de la barraca. Así es que las papeletas que piden recuperar la Runa como Parque Fluvial no valen. Nanai de la China Popular. ¿Alguien ha dicho popular? Popular, así está siendo la votación de los presupuestos participativos, la fiesta de la participación ciudadana. Canten conmigo: esta noche hay una fiesta, vamos todos a la fiesta... Y a mí la fiesta me vuelve loco, así es que, secretario, les vas a dar a estos señores nuestro mejor columpio, una auténtica obra maestra de la ingeniera moderna desarrollada por el Doctor Franz de Copenhage, que optimiza el aprovechamiento del brioso impulso de la fuerza de la gravedad y el generoso arrullo de la inercia para conseguir una sinergia entre niño y columpio desconocida hasta la fecha, que convierte en prácticamente innecesario que el abnegado progenitor de turno se canse meciendo a su vástago. Y no les des ni un columpio ni dos, ya puestos, les vas a dar a estos señores tres de nuestros mejores columpios para instalarlos en la Runa, Anelier y la Compasión. Y, por el mismo precio, les vas a limpiar las orillas del Arga a su paso por este barrio sin igual, las vas a dejar niqueladas, brillantes... Brillantes como esta fiesta de la participación ciudadana. Canten de nuevo conmigo: qué rico el presupuesto, me gusta el presupuesto...

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