miércoles, 3 de junio de 2009

El azul es tu color


Juan Carlos Longás

L
OS sondeos electorales publicados estos días coinciden -además de en el, seguramente interesado, enfoque polarizador PSOE-PP- en apuntar dos datos nada inesperados en la actual coyuntura política y social. En primer lugar, una elevada abstención, fruto de la distancia con que se contempla la Unión Europea, todavía adoleciente de un déficit democrático que la convierte en presa fácil de los tejemanejes de los gobiernos y la aleja de la opinión pública. En segundo lugar, los sondeos pronostican una victoria del PP. En este caso lo que sorprende es el margen tan escaso de ventaja. Éste es el panorama general y es lo que los partidos del fáctico frente nacional (español, por supuesto) están interesados en transmitir, intentando generalizar la impresión de que todo se ventila a dos. Sea cual sea el resultado (esta semana ambos intentarán movilizar un voto negativo y resignado, azuzando el miedo a que gane el otro), es un ejemplo más de la versión posmoderna del canovismo que poco a poco van implantando: turnarse en el poder en Madrid y compartirlo en las comunidades autónomas, especialmente allí donde una parte significativa de la opinión pública puede llegar a pensar -cuanta maldad- que estarían mejor con otro marco jurídico y vital.

En la pelea en que están enfrascados los dos titanes de la españolidad, el argumentario del PP entra completamente en lo esperable: crisis, crisis y más crisis. En parte porque lo tienen a huevo. En parte para intentar hacer olvidar sus propias vergüenzas, notablemente aireadas en los últimos tiempos (tiene su gracia que las lleven al aire por pretender taparlas con trajes de diseño). Por cierto, se empeñan en contraponer la creación de empleo del período Aznar (a la cabeza de Europa, dicen) con la destrucción de la era Zapatero (igualmente a la cabeza de Europa, dicen), pasando por alto que son dos caras de la misma moneda: aquel empleo (y el que se ha seguido creando hasta 2008) era de tan mala calidad que se ha esfumado en un santiamén, dejando como única herencia una secuela de vidas rotas y problemas sociales.

La palma se la lleva en esto de la propaganda electoral el PSOE (un detalle: ¿se han fijado que la papeleta del PP es infinitamente más bilingüe que la del PSN? Es lo que tiene dividir por cero. ¿Se habrá sorprendido alguien?). Visualmente, la campaña del PSOE se basa en contraponer el rojo y el azul. Aparentemente, el azul corresponde al PP. Tiene cierta lógica, porque es su color (no ha dejado nunca de serlo). El estupor llega cuando se leen los mensajes: en rojo energías limpias y en azul contaminación; en rojo luchar contra el cambio climático y en azul negar el cambio climático; en rojo trabajadores y en azul especuladores; en rojo vencer la crisis y en azul aprovecharse de la crisis; en rojo mañana y en azul ayer; en rojo protección social y en azul despido fácil; en rojo servicios públicos y en azul negocios privados; en rojo trabajar por la paz y en azul sembrar el miedo. Sin embargo, un observador externo que manejara información fidedigna sobre el devenir de los últimos años, tendría pocas dudas en adjudicar el azul precisamente al PSOE. Y es que la campaña pasa de puntillas por el hecho clamoroso de que el PSOE lleva gobernando cinco años (ya lo vimos en el último debate en el Congreso: el discurso de Zapatero parecía el de alguien que acaba de llegar al Gobierno; confróntese con el programa electoral socialista de 2004).

Un somero repaso puede ser suficiente: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero sólo ha sido posible por la crisis económica, es decir, se actúa como si no existiera el cambio climático (otra manera de negarlo). La economía del ladrillo ha sido fomentada por el Gobierno hasta el momento mismo de su desmoronamiento. El lema de más ordenadores y menos ladrillo se compadece mal con la evolución del gasto en I+D, en el que, además, sigue incluyéndose el gasto militar (en ocasiones en proyectos que ni siquiera se desarrollan en España; ¿es eso trabajar por la paz?). ¿No es despido fácil la manera en que se han esfumado millones de empleos? Zapatero bate récords por la rapidez con que ha pasado de ser un recién llegado a representar lo caduco (cierto es que si él representa el ayer, Mayor Oreja nos sumerge en la prehistoria).

La misma incongruencia se observa cuando, quizá aplicando el manido principio de que la mejor defensa es un buen ataque , se elabora un discurso culpando de la crisis al neoliberalismo, lo que significa, según ellos, que el responsable es el PP. Y nuevamente surge la pregunta: ¿quién ha gobernado los últimos cinco años? Es tan pobre, tan elemental y tan capcioso el discurso que lleva a pensar que los avances en materias como la regulación del matrimonio o del aborto no obedecen a una intención real de progresar, sino de agitar el alma ultramontana del PP y mantener el voto movilizado con el señuelo del miedo a la ultraderecha (otro detalle más: ¿es casualidad o es puro oportunismo y corrección política que en la campaña, al insinuarse el tema de la homosexualidad, sólo se aluda a varones y se siga manteniendo a las lesbianas en el limbo de la invisibilidad?).

Claro que si ese argumentario es utilizado por conspicuos representantes del PSN, con su secretario general a la cabeza, la cosa se tiñe de sainete. ¿Cómo se compadece el apoyo a la construcción con el eslógan de Zapatero de menos ladrillo? ¿Será porque en España, a diferencia de Navarra, hay unasobreoferta de demanda (sic) de vivienda? ¿Cómo calificar el apoyo entusiasta a unas medidas que pretenden frenar la caída del precio de la vivienda? ¿De dónde van a salir los ordenadores cuando se apoya la congelación del presupuesto educativo y el recorte del de la Universidad Pública? Se predica igualdad (rojo) frente a discriminación (azul), pero ¿no están las mujeres navarras discriminadas en sus posibilidades reales de ejercitar el derecho al aborto? ¿Quién lo consiente? Se predica servicios públicos (rojo) frente a negocios privados (azul), cuando el PSN está bendiciendo una gigantesca operación de externalización, privatización y deterioro de servicios públicos esenciales. Si el PSOE hace girar su campaña electoral sin pudor y con desenfado en torno al embuste, al PSN se le podría recitar aquel lema publicitario: el azul es tu color .

Hay otras listas, hay otras posibilidades, la diversidad y la pluralidad son mucho mayores de lo que interesadamente se traslada desde el PSOE, el PP y muchos medios de comunicación tan jacobinos como ellos. Y, desde luego, el rojo de la campaña socialista, y su contenido, no está en el PSOE.

Publicado en Diario de Noticias y Quaterni

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